Nievla: honestidad sin filtros, la electrónica de Granada y la música como un organismo vivo

Hay grupos que crecen a base de volumen, y hay otros que maduran gracias a la precisión. Nievla pertenece a los segundos. Su música no intenta ser cómoda ni unívoca: respira, duda, cambia junto con las personas que la crean.
En esta nueva etapa de su trayectoria, la banda se adentra cada vez más en la electrónica, la energía de club y el trabajo con la forma, sin perder lo principal: la sinceridad. Miradas se convierte no solo en un lanzamiento, sino en un espacio donde los matices son esenciales: desde las decisiones rítmicas hasta los estados personales que se filtran de manera imperceptible en las canciones.
Hablamos con Nievla sobre la honestidad en la música, las crisis en el estudio, la influencia de Granada, las interpretaciones de los fans, el miedo a los fallos técnicos y sobre qué tema confiarían para un retrato visual de FOTKAI.
¿Qué frase o sonido del último álbum eliminarían para hacerlo más sincero, y por qué precisamente ese?
La verdad es que justo este álbum lo sentimos como el más sincero de todos, incluso más que Habitación, que era bastante confesional. Si hubiera que quitar algo, un grito de Toni diciendo «No», que lo dice en todos los discos.
Cuéntenos un momento concreto en el estudio que haya cambiado inesperadamente el arreglo de una canción.
Hubo un momento de crisis con SAL!, en concreto con la parte rítmica, la batería concebida no encajaba del todo, y con la ayuda de los dos Jaimes, Beltrán y Miralles, pudimos encontrar el camino correcto, y ahora, funciona genial.
Su sonido a menudo se describe como «de Granada, pero no flamenco». ¿Qué de Granada influye en su enfoque de composición?
Quizá en este disco nos hemos inspirado en la vertiente más electrónica y club de la ciudad, nos encanta esa faceta más oculta de nuestra ciudad.
En «Habitación» utilizaron electrónica y samples. ¿Qué recurso trasladaron a los shows en vivo y por qué?
La verdad es que nos bandeamos muy bien con la SPD, además de poder disparar secuencias, Álvaro interpreta todas las cajas de ritmos en directo, cosa que hicimos grabando el disco nuevo, por eso suenan más vivas si cabe.
¿Ha ocurrido que la interpretación de un fan haya cambiado por completo su propia percepción de una canción? ¿Qué sintieron entonces?
Pasó con una canción del disco anterior, y fue muy interesante ver como se percibe tu arte en el alma y el oído de otra persona ajena al proceso creativo. Sentimos curiosidad e interés.
Si imaginamos «Miradas» como un escenario, ¿qué elemento visual eliminarían y cuál añadirían para que el público comprendiera mejor la música?
Eliminaríamos todo tipo de distracción para poder disfrutar de la experiencia completa, quizá luces frontales, y jugar sólo con colores y strobos.

Cuéntenos sobre el fallo técnico más extraño o inesperado en un concierto y cómo lograron convertirlo en algo positivo.
Todos los fallos han sido negativos, nos angustian mucho la verdad. Desde que falle un ampli hasta una escucha, te deja bastante vendido.
¿Quién de ustedes es el primero en decir «esto no funciona» y quién responde «vamos a intentarlo de nuevo»? ¿Cómo lograron ese equilibrio?
Toni es el que más interviene a nivel creativo, y quizá es el que más se prodiga como refuerzo tanto negativo como positivo, pero, todos siempre intentamos equilibrarnos, de eso se trata ser una banda y ser amigos.
¿Qué pequeño ritual de alguno de los integrantes influyó inesperadamente en alguna canción?
Pues desde apneas para tranquilizarse en procesos de terapia hasta pelar naranjas en soledad, todo influye.
Si grabaran un álbum en vivo en una calle de Granada, ¿qué calle o plaza elegirían y por qué?
Podría ser en la plaza Trinidad, hemos quedado muchas veces allí a lo largo de los años, y está cerca de nuestras tiendas de discos favoritas, y es muy agradable.
¿Qué «mala costumbre» musical del pasado del grupo decidieron abandonar conscientemente y qué apareció en su lugar?
Malas costumbres no tenemos, simplemente, crecemos musicalmente con coherencia, e intentamos ser sinceros y honestos con las letras, producción, etc. Obviamente no vamos a hacer el mismo tipo de recursos que cuando hacíamos algo más setentero o con influencias más psicodélicas, pero son errores, son momentos.
Imaginen que crean una canción de tres minutos solo para ustedes. ¿Qué incluirían en esos tres minutos y por qué?
Pues incluiríamos todas las facetas que poseemos, en secuencias de 20 segundos, como si fueran reels TikTok.
Si FOTKAI hiciera un «retrato visual» de una de sus canciones en lugar de fotografías, ¿cuál elegirían y por qué?
Elegiríamos Hielo, en concreto para este disco. Nos gustaría que se apreciasen bien las distintas capas de electrónica y sampleo, el pulso del bajo, las baterías intensas, pero delicadas, las guitarras arty y curiosas, los sintes experimentales, las letras íntimas y los momentos más pequeños y más excesivos, como nuestra música, siempre dinámica y poliédrica.
Entrevista por: Andrey Lukovnikov














