Música fuera de control: casi toda la biblioteca popular de Spotify se filtra en Internet
A finales de diciembre de 2025, el servicio de streaming musical Spotify se vio envuelto en uno de los mayores escándalos de la historia de la música digital. Activistas del proyecto Anna’s Archive afirmaron haber logrado copiar una parte significativa del catálogo musical de la plataforma, tras lo cual los datos comenzaron a difundirse en forma de archivos y distribuciones por torrent. No se trata de canciones aisladas, sino de un volumen masivo que afecta prácticamente a toda la música más popular del servicio.
Según las declaraciones de Anna’s Archive, se habrían conservado alrededor de 86 millones de archivos de audio, lo que representa aproximadamente el 37% del catálogo total de Spotify. Sin embargo, el dato clave es otro: estas canciones concentran más del 99% de todas las reproducciones de los usuarios de la plataforma. En otras palabras, la filtración incluye casi toda la música más escuchada diariamente por cientos de millones de personas en todo el mundo.
Además de los propios archivos de audio, se hicieron públicos metadatos de más de 250 millones de canciones, incluyendo títulos, nombres de artistas, álbumes, portadas, identificadores únicos e información técnica. El volumen total del archivo recopilado, según medios especializados, alcanza aproximadamente los 300 terabytes de datos, lo que convierte este incidente en una de las mayores filtraciones en la historia de los servicios de streaming.
Los responsables de la iniciativa describen sus acciones no como piratería, sino como un intento de «preservar el patrimonio musical». En sus comunicados, Anna’s Archive sostiene que el objetivo es crear un archivo musical descentralizado, independiente de plataformas comerciales y restricciones de licencias. No obstante, expertos legales y representantes de la industria musical subrayan que la distribución de contenido sin el consentimiento de los titulares de derechos sigue siendo una violación directa de las leyes de propiedad intelectual, independientemente de las intenciones declaradas.
Spotify confirmó oficialmente el acceso no autorizado a su catálogo, aunque aclaró que no se trató de un hackeo clásico de sus servidores. Según la compañía, los datos se obtuvieron mediante métodos de scraping automatizado, es decir, la recopilación masiva de contenido accesible a través de la infraestructura de la plataforma. Spotify afirmó que las cuentas implicadas fueron bloqueadas y que se reforzaron las medidas de seguridad.
La empresa también recalcó que los datos personales de los usuarios no se vieron comprometidos. De acuerdo con los representantes del servicio, la filtración no afectó a credenciales de acceso, contraseñas, información de pago ni historiales de escucha individuales. La plataforma continúa funcionando con normalidad y, por el momento, no se han registrado cambios para los usuarios habituales.
Los expertos señalan que esta situación podría derivar en un endurecimiento de la lucha contra el consumo ilegal de contenido. En 2025, Spotify ya bloqueó en varias ocasiones el acceso a usuarios que utilizaban versiones modificadas de la aplicación y herramientas de terceros para eludir restricciones. Especialistas en ciberseguridad advierten que instalar aplicaciones pirateadas o modificadas no solo conlleva el riesgo de suspensión de la cuenta, sino también posibles amenazas de malware.
La filtración del catálogo de Spotify ha reavivado una vez más el debate sobre el futuro de la música digital, los derechos de los artistas y el papel de las plataformas de streaming. A pesar del avance tecnológico, la protección del contenido y el acceso justo a la música siguen siendo algunos de los desafíos más importantes de la industria musical actual.
















