El nuevo boyband de Simon Cowell se ve envuelto en una polémica por su nombre
El nuevo proyecto musical de Simon Cowell apenas ha comenzado y ya se enfrenta a un problema serio. El boyband December 10, creado como parte de la serie documental de Netflix Simon Cowell: The Next Act, podría enfrentarse a consecuencias legales debido a su nombre, muy similar al de una banda que ya existe.
December 10 fue formado siguiendo la fórmula clásica de Cowell: audiciones abiertas, un proceso de selección exigente y la transformación progresiva de los participantes en un grupo pop profesional. La banda está compuesta por siete integrantes: Hendrik Christoffersen, Cruz Lee-Ojo, John Fadare, Nicolas Alves, Josh Olliver, Danny Bretherton y Sean Hayden. Su camino hacia el debut queda reflejado en la serie de Netflix, que busca mostrar el funcionamiento interno de la industria musical y el nacimiento de un nuevo grupo.
Poco después del anuncio oficial del proyecto, la atención se desvió de la música hacia la reacción inesperada de la banda escocesa de metal December Tenth, activa desde 2020. Los músicos de Glasgow señalaron que la similitud entre ambos nombres ya ha provocado confusión, recibiendo mensajes de personas que creían que estaban relacionadas con el nuevo boyband de Cowell.
Los miembros de December Tenth se dirigieron públicamente al equipo de Cowell, así como a Netflix y Universal Music, proponiendo tratar el asunto de forma directa o a través de representantes legales. En su comunicado, la banda dejó claro que no busca un conflicto, pero considera que el problema del nombre es real, especialmente en la era digital, donde los motores de búsqueda y las plataformas de streaming apenas distinguen entre December 10 y December Tenth.
Hasta el momento no se ha presentado ninguna demanda formal y los representantes de Simon Cowell, Netflix y Universal Music no han realizado comentarios. No obstante, periodistas musicales señalan que la situación podría derivar en un conflicto legal si no se alcanza un acuerdo, sobre todo si se determina que el nombre induce a confusión entre el público.
No es la primera vez que un proyecto vinculado a Cowell se enfrenta a un problema de este tipo. En 2011, Little Mix, también creadas bajo su dirección, tuvieron que abandonar su nombre original Rhythmix tras las quejas de una organización benéfica con el mismo nombre. El conflicto se resolvió sin llegar a los tribunales, pero únicamente tras un cambio de nombre.
El debut musical de December 10 ya se ha producido con una versión del éxito de NSYNC «Bye Bye Bye», que rápidamente se difundió en redes sociales. Sin embargo, algunos críticos consideran que el proyecto se apoya en una fórmula de boyband que muchos ven como poco actual, lo que ha generado reacciones divididas.
La controversia en torno al nombre pone de relieve un problema más amplio dentro de la industria musical: incluso los proyectos de gran escala, respaldados por productores de primer nivel y plataformas globales, pueden pasar por alto cuestiones clave relacionadas con el branding y los derechos de propiedad intelectual. El desenlace del caso de December 10 aún está por verse, pero ya se ha convertido en uno de los temas musicales más comentados del año.

















